Viñedos plantados a pie franco. Cultivados en parral.
La Listán Blanco de Canarias fue traída a las Islas Canarias a principios del siglo XVII tras la caída del comercio de los vinos dulces y la llegada a finales del siglo XIX, junto a la filoxera que no afectó a nuestras islas, de enfermedades criptogámicas como oídio y mildiu, siendo esta variedad más resistente. Los suelos volcánicos de la cara noroeste de la isla, ricos y jóvenes, han resultado ser históricamente valorados para su cultivo. De esta manera, la Listán Blanco de Canarias se ha convertido en la uva más cultivada y más querida por los viticultores en la zona. Traída desde Andalucía, se cultiva en parrales altos, influencia clara de la ocupación portuguesa en esta zona de la isla. Estas estructuras de cultivo verticales se encaraman a las paredes de las hoyas que confeccionan la orografía, pequeños barrancos originados por las últimas erupciones del Teide hacia el norte de la isla.