Fermenta en depósito de inox controlando temperatura, pero antes de terminar la fermentación se embotella y se chapa, donde finaliza la fermentación en botella donde el carbónico que genera dicha fermentación, queda atrapado en la botella. Después reposa 4 meses en la botella, donde se coloca boca abajo para concentrar las lías más groseras en el cuello de la botella para después se realiza un degüelle y eliminarlas. Se rellena las perdidas con el propio vino y se cierra otra vez con una chapa para que no se escapen las burbujas. No se corrige el sulfuroso y queda con azucares residuales del propio mosto. Es una elaboración natural con muy poco intervencionismo enológico. Puede encontrarse precipitados por no tener ningún tipo de filtrado.